Hormona tiroidea desecada en dosis bajas para bajar de peso: revelando su uso fuera de indicación
La hormona tiroidea desecada, que se utiliza tradicionalmente para tratar el hipotiroidismo, también ha sido reconocida por su uso fuera de lo indicado para ayudar a controlar el peso. Este blog explora su uso aprobado por la FDA, los mecanismos subyacentes que contribuyen a la pérdida de peso y el prometedor uso fuera de lo indicado para controlar el peso corporal.
Usos aprobados por la FDA:
La hormona tiroidea desecada se utiliza para tratar el hipotiroidismo, una afección en la que la glándula tiroides es hipoactiva y no puede producir suficiente hormona tiroidea para las necesidades del cuerpo 1 .
Aventurarse en el uso fuera de etiqueta: pérdida de peso
Varios estudios sugieren que la hormona tiroidea desecada puede ayudar a perder peso. Por ejemplo, algunas investigaciones muestran que los pacientes prefieren el extracto de tiroides desecado (DTE) a la levotiroxina debido a la modesta pérdida de peso que experimentaron con el DTE 2 3 .
Mecanismo de acción: Las hormonas tiroideas son fundamentales para regular la tasa metabólica, la velocidad a la que nuestro cuerpo quema calorías para obtener energía. A continuación, se muestra cómo la hormona tiroidea desecada puede desempeñar un papel en el control del peso:
- Regulación metabólica: cuando las personas pierden peso, el nivel de hormona estimulante de la tiroides (TSH) aumenta, lo que a su vez disminuye la tasa metabólica durante la restricción calórica. Una dosis baja de hormona tiroidea puede ayudar a mitigar este aumento de TSH, manteniendo una tasa metabólica más estable y ayudando a prevenir estancamientos en la pérdida de peso.
- Gasto energético: Al optimizar los niveles de hormona tiroidea, las personas pueden experimentar un aumento en el gasto energético, lo que ayuda a quemar más calorías a lo largo del día.
- Apetito y oxidación de grasas: aunque no está del todo claro, podría haber efectos potenciales sobre la regulación del apetito y una mayor oxidación de grasas, lo que contribuiría aún más a la pérdida de peso.
Efectos secundarios y precauciones:
Las reacciones adversas comunes incluyen dolor en el pecho, palpitaciones, frecuencia cardíaca elevada y trastornos gastrointestinales como calambres abdominales, diarrea y vómitos 1 .
Conclusión:
El uso no autorizado de la hormona tiroidea desecada para bajar de peso presenta una vía prometedora para quienes tienen dificultades para controlar su peso, especialmente en el contexto de las adaptaciones metabólicas a la pérdida de peso. Es fundamental consultar con los proveedores de atención médica para determinar si este enfoque es adecuado para cada caso particular.